Las fascias y la piel
Dado que las fascias son una red de tejido conectivo que se extiende por todo el cuerpo, incluyendo justo debajo de la piel, su estado y funcionamiento afectan tanto la piel como los tejidos superficiales.
Las fascias tienen una influencia significativa en la salud y apariencia de la piel. Cuando están sanas y flexibles, la piel tiende a verse más firme, elástica y nutrida. Sin embargo, cuando la fascia está tensa o tiene restricciones, puede perjudicar a la circulación, la elasticidad y la apariencia de la piel, contribuyendo a problemas como la celulitis, flacidez o incluso arrugas. Cuidar la salud de las fascias a través de ejercicios, masajes y una buena hidratación es fundamental para mantener una piel saludable.
La fascia retraída
Una fascia retraída es una fascia que ha perdido su flexibilidad y elasticidad, y se ha vuelto tensa, rígida o acortada. Este estado afecta la capacidad de los músculos y otros tejidos conectivos para moverse libremente, lo que puede limitar el rango de movimiento, causar dolor y contribuir a problemas posturales o disfunciones musculares.
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